Por Delfina Acosta
La novela El cantar de la cigarra, de Mirella Cossovel de Cuellar, es un largo recorrido por la cotidianidad de una pareja. El libro fue editado por Arandurâ.
Sabe la autora entrar en los pormenores, en las luchas íntimas que se dan dentro de un matrimonio que tiene sus momentos de crisis, de alegrías y de altibajos. Al mismo tiempo, sustenta su obra sobre un argumento que muestra los inesperados vuelcos del destino, la doble moral y el deseo permanente de salir como sea posible de cualquier situación aborrecible. La lucha por lograr mejores condiciones de vida y por mantener firme la esperanza en un futuro mejor son los puntales de esta segunda entrega de Mirella Cossovel de Cuellar. La primera lleva el sugestivo título de Tape porâ.
La protagonista se enamora de un abogado inteligente. Ella es escritora y periodista, y tiene planes de continuar haciendo carrera dentro del periodismo después de contraer matrimonio con Arsenio.
Con cierta dosis de suspenso, la situación de la pareja irá cambiando. El lector hallará, al leer el texto, que una mujer puede llegar a dormir con el propio enemigo.
La carencia de escrúpulos, las mentiras, la falta a la palabra empeñada por parte del esposo, irán volviendo intolerable la situación.
Por otro lado, una mujer desconocida y marginal se introducirá en sus vidas del modo más inesperado.
Sin perder la facultad de ir contando en forma detallada —muy detallada— los cambios que se van produciendo en el matrimonio, la autora no desperdiciará la ocasión de hacer la crónica de una vida, la de todos los días, donde el abuso del poder, la manipulación de las gentes pobres, son la constante.
Hay historias superpuestas en esta nueva entrega de Mirella. Una fuerte vocación de amor a la vida, de solidaridad con el prójimo sufriente y de cariño entrañable por el Paraguay, definen la obra.
La correspondencia epistolar con una amiga le sirve de bálsamo cuando el dolor le resulta una carga casi intolerable.
Así por ejemplo, escribe: “En mis noches solitarias, cuando no puedo conciliar el sueño, rezo a Dios para que nuestro país cambie, para que se cuiden nuestros recursos naturales, para que se les den tierras a los campesinos y que vivan dignamente, para que se protejan los derechos de los indígenas, para que se capacite a los trabajadores y se les pague lo que se merecen, que se tengan en cuenta a los maestros, que no nos roben nuestros ríos ni las represas, que no se tolere la corrupción de los políticos, de los funcionarios públicos ni de los policías”.
Un accidente automovilístico pondrá un toque de tragedia a El cantar de la cigarra.
Como quien se levanta de las cenizas, la protagonista hallará el camino para seguir adelante con sus hijos, una mujer abandonada a su suerte y dos hijas suyas.
Esta material literario tiene un mensaje de convicción, de fortaleza interior y de esperanzas.
La autora, de nacionalidad italiana, llegó al Paraguay con sus padres, Giorgio y Nella Cosovell, en el año 1947, a los 10 años.