Me parece fantástico y digno de celebración que cualquier usuario deje su pequeña historia en el muro de su Facebook.
Hay pensamientos de filósofos que llaman a la meditación. Y también frases de célebres escritores diseminadas en las redes. Ahí va una que leí de Paulo Coelho: “No existe la tragedia, sino lo inevitable. Todo tiene su razón de ser: solo se necesita distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo”. Y ahí va otra de Gabriel García Márquez: “La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener”.
Al inefable cantautor y poeta Joaquín Sabina se le atribuye este pensamiento que le viene muy al tono, pues él es no solo un ovacionado artista de España, sino además un apasionado disconforme: “Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: No estoy de acuerdo”.
En internet hallas chistes, que son la celebración del humor y te libran de un kilo de estrés. También hay en él sitios donde la farándula lleva la pasión hasta el desborde. Y te encuentras con expresiones de diversos calibres que no hacen honor, precisamente, a la ortografía. Pero no importa. Todo vale en el planeta internet. Y cuánto valen las imágenes, fotos y dibujos de gran nivel artístico.
Las reflexiones sobre la vida poseen un especial atractivo, al menos para mí. Partiendo de la idea de que los seres humanos tenemos derecho a expresar libremente lo que deseamos, cualquier reflexión que nos viene a la mente la podemos publicar. ¡Aleluya!
Hay gentes que a través de las redes sociales dejan sentada su disconformidad sobre la actuación del árbitro después de un partido de fútbol. O sobre el mal manejo de los bienes que hacen los gobernantes de turno.
Internet es un mundo abierto, maravilloso y altamente comunicativo.
Mediante él te contactas con gentes de otros países y entablas amistades que pueden llegar a valer la pena. A mí, personalmente, eso me pasa a menudo.
Mantengo cálidas relaciones con gentes de México, España, Argentina, Venezuela, Perú. Me hablan de sus afanes, de sus amores, de la situación económica por la que atraviesa su país, etc.
Hay, no hace falta que lo diga pero igual lo digo, manipuladores de las redes sociales. Me refiero a aquellos individuos que valiéndose de sutilezas van arrastrando a los niños a un suburbio de degradación. Las madres deben estar atentas a lo que hacen sus hijos frente a la computadora.
William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Saavedra, Dante Alighieri, San Juan de la Cruz, Gabriela Mistral, Augusto Roa Bastos siguen dejando huellas en el espacio virtual pues han nacido para ser eternos.
Las luchas por las reivindicaciones de las mejores condiciones laborales encuentran protagonismo en las redes.
Y sí que pelean por sus causas los griegos, los españoles y la humanidad toda, finalmente. La causa de un país más justo debería ser la pasión de las personas.
Las Sagradas Escrituras van llegando en forma masiva a millones de usuarios de la Tierra. Y eso es bueno para muchas gentes que gracias a la oportuna palabra de Dios volvieron del abismo de las drogas, de la depresión y de las adicciones severas. Ojalá que seamos cada vez más las personas que tratamos de mejorar el mundo utilizando el ingenio, la perseverancia, la creatividad, el amor, la solidaridad y la buena voluntad