Dentro del amplísimo marco de propuestas que se ha desarrollado en la 42ª Edición del La Feria del Libro en Valencia. Se llevó a cabo una Mesa Redonda, con el tema: “El futuro Imperfecto del Libro: Tradición – Innovación”.
Dentro de los tiempos que corren con toda suerte de adelantos tecnológicos dentro de todas las disciplinas, el de la cultura no podía quedar atrás, de hecho el perfil del escritor y del lector ha cambiado abismalmente. Si antes teníamos que llenar el escritorio de libros, comentarios, diccionarios, concordancia, etc. Para hacer una simple monografía de colegio, hoy día tenemos todas estas fuentes de información con un solo click.
Me viene a la mente el comentario que una ocasión hiciera García Márquez, de que él no concebía la idea del uso del ordenador para escribir sus novelas, vamos, que no había como. Se debía al hecho de haber escrito durante años en una de las antiguas máquinas de escribir que al terminar cada línea debía dar un manotazo para pasar a la siguiente y poder continuar con sus escritos. Y luego recordó que en sus inicios, en el periódico El Espectador de Bogotá, utilizaba los rollos de papel que se iban desplazando conforme usaba, y los comparó a los folios virtuales de la pantalla del ordenador y allí le fue más fácil conciliar innovación y trabajo creativo.
Volviendo a lo que veníamos comentando de la 42º Feria del Libro de valencia; que éste punto fue debatido desde la perspectiva de los distintos sectores: Escritores – Editores – Libreros y Críticos Literarios. Representando el primer grupo: Ana Noguera, María García Liberó (también crítica literaria) y María Ángeles Chavarría. El segundo: Manuel Ramírez. El de los libreros lo representó: Miguel Morata y José Vicente Peiró Barco el de la crítica literaria (aparte de ser Dr. En Filología Hispánica es experto en Literatura Paraguaya).
Evidenciaron los cambios que ha sufrido cada sector con la aparición de los e-books, el giro que toman algunas realidades del quehacer relacionado con el libro.
La conclusión tácita o expresamente esgrimida por todos es que el libro de papel jamás dejará de existir, que la convivencia de las innovaciones con lo tradicional es justa y necesaria, que debemos sacar provecho de ambas posturas e ir adecuando nuestras habilidades de trabajo a los medios disponibles hoy y apostar por lo que realmente la gente necesita, teniendo en cuanta especialmente a los jóvenes, quienes como siempre nos lleva la delantera en éste campo de las nuevas tecnologías.