Talentos emergentes

Por Delfina Acosta

Ocurre que a menudo se deja en estado de olvido a los creadores y artistas del interior de un país. Esa situación, esa marginalidad acaso inconsciente, es dañina. Los intelectuales, escritores, pintores que hacen conocer sus obras en las capitales del Paraguay, Argentina, España, París, tienen más facilidades, más oportunidades de llegar al éxito y al reconocimiento que los creadores radicados en las zonas apartadas.

En Buenos Aires se reunían Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, y su hermana, la creadora de la Revista Sur, Victoria Ocampo, en la Villa Ocampo. Ellos tenían una inteligencia privilegiada y se desenvolvían en un ambiente culto que potenciaba su fama como intelectuales y escritores.

Hasta hoy la capital de la Argentina es el sitio de la cultura. En ella se lleva a cabo la Feria del Libro más grande de su tipo en el mundo de habla hispana. Tal Feria es uno de los eventos culturales y editoriales de Latinoamérica que congregan cada año a 1.200.000 lectores.

En París se reunían los filósofos, los pintores, los poetas, pues allí, donde el arte parecía verdecer, hallábanse a gusto los hombres y las mujeres que buscaban charlar, publicar libros, establecer contactos y debatir sobre los nuevos movimientos de la poesía, la literatura en general y las artes plásticas de diferentes partes del mundo.

A París fueron César Vallejo y el genial novelista argentino Julio Cortázar. Y con seguridad que marcó un antes y un después en sus existencias la capital de Francia.

Escribió a su hermano, el poeta peruano César Vallejo, antes de marcharse:
Pongo estas líneas para anunciarte que mañana me embarco rumbo a París. Voy por pocos meses, seguramente hasta enero o febrero y nada más. Voy por asuntos literarios y ojalá me vaya bien.

En Asunción existen numerosos artistas y poetas haciendo lo suyo: dar vida a la belleza en la forma que mejor les parezca.

En Villeta del Guarnipitán, un pueblo que se encuentra acostado a las orillas del río Paraguay, hay notables talentos emergentes.

Cito a manera de ejemplo a Sergio Romero, un joven de 18 años, que creó un magnífico sitio en las redes sociales, subiendo fotos de casas antiguas del pueblo, de pastizales, de atardeceres junto al río. Su manera de captar en imágenes lo relevante como el simple detalle de un paisaje, da cuenta de su buen manejo de la estética visual.

Melany Bobadilla, una estudiante villetana que también cuenta con 18 años, muestra en el sitio “Villeta Free” las formas de una poesía que se desplaza ligeramente en lo que atañe al amor, a los valores humanos y a la naturaleza en su estado salvaje, melancólico y resplandeciente.

Y qué decir de Luis Carlos Viveros, un joven que ha editado más de un CD.

Luis Carlos ha grabado con su atractiva voz temas en los que el amor es el mensaje esencial.

Además canta a su pueblo, Villeta, y a la Bella Villetana.

Estos talentos merecen los mejores saludos y el interés por parte de la sociedad.

Creo que las oportunidades para trascender son para todos los paraguayos.

En la medida que prestemos atención a las voces, a los talentos emergentes, la cultura de nuestro país se irá beneficiando. Paraguay no es solo Asunción. Hay muchas capacidades soterradas. Debemos ir a liberarlas.

delfina@abc.com.py